domingo, abril 24, 2011

Otrora

Si el día nace en un papel, vive como hoja y muere en el humo, se arrancan las polillas estomacales en la búsqueda del testamento de Epicuro.
Se caen las manzanas que maduran en las pestañas, mueren los leones del coliseo del vértigo, crece el hambre y la fatiga, y entonces sigues ahí. -No te muevas o disparo- me grito y desenfundo la espada que tengo por natural adjetivo masculino. Si, es un pene.
Es solo catarsis, no eres más que el holograma de la ex conocida que tuve por cadáver, ya no existe nada, solo el nirvana que el azar me puso en esta nueva reencarnación.





La polla paranoica.