jueves, noviembre 24, 2011

Método

Eros o Tú

Hay un universo sin lógica evidente, de creación, destrucción, ese sistema del tú, de la patria sin poder, de la erraticidad parnasiana, hay una lengua muerta y un pensamiento que se hace humo en cada palabra cortés, en cada pantalón hecho piel, en tus piernas de género y color.

Hay un cierre de cortinas y otra obra que comienza en cada parpadeo, hay una best seller en cada hola, en cada chao, un climax en cada trágico choque de labios.
Hay una película intensa. Hay cuerdas vocales tuyas en cada pliegue de mi oreja, hay un filtro de enajenación en mis tímpanos que te amplían las palabras, como si fueran las únicas, como si fueran absolutas, como si fueran mías. Como si fueran hervidores de sangre, o la miseria de la risa leve y tímida de los silencios suspensivos, la necesidad de decir.



Necesidad o Yo

Puede ser que la alienación sea más rápida que el temple, quizá por la velocidad de cada silencio, cada estertor, cada autocomplacencia, cada silencio masturbador.
Puede ser que sea más fuerte que el miedo, por el peso de la conciencia, por el peso de la persistencia, por el peso de la memoria.

Puede ser que no me seas, o puede ser que te suponga, y te reduzca a tres ingratos puntos suspensivos; ¿hasta donde me calaron tus lisérgicos brazos? ¿de dónde salieron los estómagos que tengo en mi mariposa? los has visto y se pasean por mis afrentas,
en el templo votivo de los espacios en blancos, lejos de ser palabras, lejos de ser silencios.

¿Y tú para quién? Violenta, consonante, libertad, marxista y cerveza.
Si te hablo o me hablo es lo mismo, si dejo la puerta abierta e ignoro tus puntos seguidos, tus puntos apartes, o si me como tus comas, es simple, voy a tus palabras y a tu lengua, donde no existen las letras, ni el encanto, ni el agobio; a ese mundo insondable, que está afuera de lo pavoroso y lo mundano, y donde es claro; lo cortés no quita lo simple, lo caliente, la mierda, las palabras, la resina que tengo en los ojos,

ni mucho menos el cáncer de alma.


Hey tú, leíste mucho.

jueves, noviembre 03, 2011

Síntesis o el intento.

Le pisaba los talones al día mal hecho, y ya tenía la llamada perdida con remitente al Emilio, el dueño del Lord Cochrane. No hacía ni dos días desde que me quedé ahí y olvidé como salí, era el bueno de Enzo. Con todo y sin más, me repuse con la ducha caliente y salí con la chaqueta del tipo beat.

Primer indicio de alineación,
estética, rutina, colección de boletas en la billetera

Fueron dos, tres, o al menos cuatro cervezas antes de olvidar si eran cuatro, cinco, o seis. La billetera sin otro consuelo más que las boletas que entraban y las pelusas que salían por cada movimiento.

Segundo Indicio de alineación,
Reproche, derroche, y otra noche.

Creo que pierdo más el tiempo cuando pienso en qué pierdo el tiempo, esa es la morfina de la conciencia; el retardo y la indiferencia, después de todo, eso es lo más seguro que tengo, después de claro, saber que todavía me queda tiempo para morir penúltimas veces.

Tercer indicio de la alineación,
Resaca, intemperancia, y acidez medular.